lunes, 30 de noviembre de 2009

Encuesta realizada a la Dirección de nuestro Instituto

Hace unos días, junto a mi equipo de trabajo, realizamos una encuesta general al director de nuestro establecimiento, Sr. Calor Abud, preguntándole básicamente sobre cómo ha sido su gestión hasta el día de hoy, cómo es la relación que mantiene con sus subordinados y con el alumnado, y a su vez, sobre las aspiraciones y futuros proyectos que aplicaría en nuestra sede. De la encuesta realizada se desprendieron las siguientes conclusiones general:
Según su percepción:
a) El desempeño que ha llevado hasta ahora como director ha sido bueno, pudiendo mejorar en algunos aspectos, para poder realizar una gestión mucho mejor.
b) Los recursos que son enviados desde Santiago son muy insuficientes como para poder ofrecer un servicio óptimo y de calidad.
c) La relación que mantiene con su público interno (administrativos y docentes) es buena, buscando siempre desarrollar sus potenciales por medio de capacitaciones, cursos y flexibilidad al momento de cometer errores.
d) Existe una gran cantidad de público interno (alumnos) dentro del instituto, lo que dificulta el poder satisfacer las necedidades de cada uno de ellos, o de darle una adecuada solución a sus problemas.
e) Claramente, una de las cosas que espera, es poder contar con mayores recursos para poder mejorar en insfraestructura, calidad del servicio entregado a los alumnos, mejorar las remuneraciones de los docentes y administrativos, para alcanzar un nivel mayor y ofrecer mejores servicios.

domingo, 15 de noviembre de 2009

"Stakeholders"... llevado a la realidad.

Junto a mi equipo de trabajo, fuimos a investigar más a fondo y en terreno lo que son los “Stakeholders”, buscando averiguar cómo hacen las instituciones en la actualidad, para poder mantenerlos motivados y satisfacer sus necesidades.
En esta oportunidad, nos tocó conversar con el Director Ejecutivo de nuestro instituto, el Señor Carlos Abud, quien aportó con lo siguiente.
Al ser nuestro instituto una entidad educativa, el público interno correspondería al alumnado en general, administrativos, jefes de carrera, docentes y personal auxiliar. Por otro lado, el público externo correspondería al público en general, escolares, proveedores, la central ubicada en Santiago, etc.
Dentro de sus funciones principales, como cabeza de la institución en la ciudad de Antofagasta, están el hacer cumplir las normas y el reglamento académico institucional, controlando rigurosamente lo que se solicita desde Santiago, tratando a la vez, de satisfacer de la mejor forma las necesidades del público interno de la organización, lo cual en este caso, se torna bastante difícil al no tener a disposición los recursos adecuados para poder hacerlo de la mejor manera posible, y también, por contar con una cantidad de personas superior a las 1500, con distintos caracteres, personalidades y necesidades.
No obstante, para poder descubrir cuáles son las necesidades más comunes que poseen los trabajadores y darles una adecuada solución, se realizan distintas encuestan que son las de satisfacción general y de evaluación docente, junto con reuniones semanales donde se analizan en profundidad, las problemáticas más comunes para poder encontrarle una respuesta adecuada, en base a los recursos con los se dispone.
En este caso, y retomando lo que dijimos anteriormente, lo que la organización le ofrece a su público interno, que vendrían siendo los alumnos y los funcionarios, seria:

ALUMNOS: La mejor educación posible y la mejora constante de los servicios en relación a los recursos que se tiene.

FUNCIONARIOS: Estabilidad laboral, posibilidad de mejorar continuamente en la realización de sus labores por medio de la búsqueda de cursos de capacitación, flexibilidad al momento de cometer de errores, entregándoles las herramientas para prevenirlos.


Sobre los "Stakeholders"...

Un stakeholder puede ser una persona o un grupo de personas, que estén relacionadas ya sea de manera directa o indirecta con una organización. En palabras resumidas podemos decir que corresponde al público, ya sea interno o externo, con el que se relaciona la organización, de forma directa o indirecta, cuya participación puede afectar e influir considerablemente en el logro de los objetivos y prácticas empresariales.
Al hablar de público interno, nos referimos a aquellas personas que están inmersas dentro de una organización, que forman parte y trabajan en ella. Esto lo podemos graficar, por ejemplo, en la relación que existe entre un gerente y sus administrativos, al igual que la relación de estos administrativos con sus subalternos. Cada uno de ellos vendría siendo un “Stakeholder”, un publico interno que de la misma forma que el externo, debe velarse por la satisfacción de sus necesidades e inquietudes.
Por otro parte, existe el público externo, que correspondería a todas las personas ajenas a la organización, que tienen cierta participación y influencia, como podrían ser los clientes potenciales, los clientes ya cautivos, proveedores y la competencia. Cada uno de ellos, puede llegar a afectar de cierta manera en la organización, tal vez no de la misma forma que el público interno, pero de alguna otra forma sus desiciones pueden repercutir en las utilidades de alguna empresa. Por esa razón, es de vital importancia lograr un equilibrio constante en la satisfacción de las necesidades de los stakeholders, ya sea interno o externo, para poder lograr que la organización siga funcionando normalmente y que el buque no se hunda, por la falta de experticia y sabiduría, al momento de tomar las desiciones.

Cultura organizacional

Son pocas las personas que logran entender como es el funcionamiento interno de una empresa, cómo está constituida, cómo los trabajadores desempeñan sus labores y cómo logran trabajar de la mejor manera posible, tolerándose unos a otros, pese a las diferencias que puedan tener de pensamiento o de carácter, para poder cumplir con los objetivos organizacionales y mantener su puesto de trabajo. Cada empresa tiene una manera distinta de sobrellevar este tipo de situaciones y de lograr mantener la armonía en las relaciones que tienen los trabajadores con sus pares, todo este conjunto de medidas, valores, protocolos de comportamiento, costumbres, etc. Es el que se denomina comúnmente como “Cultura organizacional”.
Según la definición, cultura organizacional es el conjunto de conductas, la forma de procedecer, actuar y desempeñarse dentro de una organización, relacionada directamente con los objetivos y metas de la empresa a la cual pertenece. Es decir, son los lineamientos básicos de toda organización, orientados a alcanzar un nivel superior que el de las demás organizaciones, con el fin de poder sustentarse en el tiempo, adaptarse a los cambios, desarrollar nuevos servicios, hacer eficiente el uso de los recursos, desarrollar ventajas competitivas y sobre todo, lograr que el personal trabaje motivado.
¿Por qué es tan importante la cultura organizacional? Según mi punto de vista, es muy importante, debido a que habla de las características, propiedades, tipología y forma de conducirse de los diferentes miembros de la empresa, es decir, la cultura organizacional refleja la imagen de la empresa en si. Si tenemos una cultura deficiente dentro de nuestra empresa y no somos capaces de crear un buen clima laboral, fomentando el trabajo en equipo y la productividad, lo más probable es que esta situación traspase las paredes de la organización, repercutiendo directamente y de forma negativa, en la confianza de los clientes.

lunes, 2 de noviembre de 2009

¿Funcionalismo o Constructivismo?

La verdad, hablar de Constructivismo o Funcionalismo en Chile es algo complejo. Si bien, las metodologías de enseñanzas funcionalistas tal vez funcionaron en su época y dieron buenos resultados, habría que entrar a analizar si sería aplicable en estos tiempos y a nuestra cultura. El estudiante chileno tiene otra mentalidad y muchos toman la educación con ligereza y como algo secundario, como una perdida de tiempo. Son pocos los que se creen el cuento y se esfuerzan. Por otro lado, está el constructivismo, que es igual de difícil aplicarlo en nuestro sistema de educación, especialmente por las falencias formativas que tienen los estudiantes en cuanto al compromiso con el estudio, con su desarrollo personal, con la responsabilidad y la auto- motivación. Se podría lograr con un segmento de la población estudiantil, pero sería igualmente difícil tratar de construir los conocimientos en conjunto con los estudiantes. En lo personal, yo considero que es necesario exigir un poco más, siendo una buena opción aplicar un método más funcionalista para entregar los conocimientos, tal vez un poco más flexibles que aquel funcionalismo de antaño y con algunos aspectos del constructivismo; pero tendría que ser de esa manera, ya que lamentablemente y en Latinoamérica en general, funcionamos mejor bajo presión y bajo una supervisión constante de los que están por sobre nosotros.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Desarrollo o retroceso... ¡¡es hora de cambiar!!

Hoy en día es fácil reconocer cuáles son las principales falencias de nuestra sociedad y podemos ver cómo nuestra generación está cayendo cada día más en un agujero del cual prácticamente ya no hay escapatoria; los niños y jóvenes de nuestro país se están hundiendo en la droga, la delincuencia, la vida fácil y la holgazanería, siendo tan sólo un pequeño porcentaje de ellos, los que de verdad toman conciencia y se preocupan de buscar un futuro mejor. Actualmente vivimos en un país regido por la ley del mínimo esfuerzo y la estupidez, donde prevalece más la mediocridad de hacer las cosas rápidamente, que la eficiencia de realizar un trabajo bien hecho o de hacer lo correcto.
No sé si estarán de acuerdo conmigo, pero encuentro bastante cómico manejar por las calles del centro de nuestra ciudad, uno no sabe si se está conduciendo por un lugar donde transitan personas que piensan o si se está en la selva llena de animales salvajes. Uno avanza en el vehículo al momento de dar la luz verde y lo lógico es que le gente se detenga o se haga a un lado para dejar pasar a los vehículos, como corresponde, pero no; avanzan con desesperación como si el mundo se fuera a acabar por no alcanzar a cruzar la calle, como si fuera lo más normal e importándoles un soberano rábano, atravesándose por donde quieren cual “gato de siete vidas” o cual “highlander el inmortal”. Es irónico, pero al pasar cerca de ellos o al tocarles la bocina, se molestan, te gritan o te insultan, ¿Quién tiene la razón? ¿Qué podemos hacer ante eso? O también podemos encontrar a aquel típico “caballero y amable” conductor, que en su propio conocimiento de lo que es la amabilidad, se le ocurre detenerse en la mitad de una avenida, para permitir que un imprudente e ignorante peatón cruce por donde no corresponde, enseñándole de esa forma que lo correcto es atravesarse por donde quiere y que lo incorrecto es cruzar en la esquina por los pasos peatonales como corresponde, ¿Es bastante cómico e irónico no?
Ahora, la pregunta que todos seguramente se hacen es: ¿Cómo llegamos esto?, ¿En qué momento se desvirtuaron los principios morales y conductuales básicos de toda sociedad? ¿De quién fue la culpa? Y la verdad, por más cruda que sea, es que la culpa fue de nosotros mismos, al ser demasiado permisivos y descuidados con la crianza de nuestros propios hijos, creando niños malcriados, rebeldes, sin límites y limitaciones, capaces de realizar cualquier cosa con tal de conseguir lo que quieren. Una vez escuché una frase que encontré muy cierta y decía: “Lo que somos y lo que nos ocurre hoy, es la consecuencia de lo que hicimos o no hicimos ayer” Es decir, que lo que está ocurriendo hoy con estas generaciones, es consecuencia de lo que no se hizo con ellos anteriormente.
Recuerdo cuando era pequeño, tuve la bendición de criarme en un hogar cristiano, donde fui formado y edificado según la palabra de Dios y según los principios que Jesús había dejado a su iglesia. Mis padres se encargaron de educarme de la mejor manera posible y de traspasarme aquellos valores morales básicos, como lo son el respeto a los demás y a la autoridad, la responsabilidad, la cordura, el orden y la limpieza, la verdad, la honestidad, el esfuerzo y el amor a Dios. Cuando me daban ganas de hacer nada o me ponía rebelde, me regañaban y con una sola palabra me hacían reaccionar y me activaban de nuevo, aunque muchas veces enojádamente, pero a la larga comprendí, y podría decir que estoy agradecido de eso.
Es triste caminar por ahi y ver a algunos padres que no pueden controlar a sus propios hijos, ver cómo los malcrían y permiten que hagan lo que quieran y que no respeten a los demás, esta claro que no existe una escuela para ser padres, pero por ese motivo es que todo tiene un diseño establecido por Dios y un tiempo adecuado, y muchos de los problemas que existen actualmente en las familias y que se ven reflejadas en sus hijos, es debido a su promiscuidad como padres. Jóvenes de 14 y 15 años que son madres y que lo toman tan ligeramente, como si fuera algo normal y sin relevancia. Jóvenes que son padres sin siquiera haber terminado sus estudios, viéndose en la obligación de ponerse a trabajar en lo que sea y en donde sea, frustrando su futuro y, en muchas ocasiones, convirtiéndose en personas mediocres y conformistas. ¿Qué se puede esperar de eso? ¿Qué clase de hijos van a salir de esa familia? Yo sé, que existe una minoría distinta que logra salir adelante, que tratan de inculcarle a sus hijos valores y se preocupan de que no cometan los mismos errores para que sean mejores personas, pero del total, son tan solo una pequeña minoría. Suena duro, pero esa es la realidad.
El problema principal se origina en la familia, padres que no son capaces de darles una formación y educación completa e integral a sus hijos, entregando a la sociedad hombres y mujeres mediocres, sin las herramientas y armas adecuadas para enfrentar de mejor manera los desafíos y los problemas, todo esto, seguido de un sistema educativo deficiente y poco formativo; y de políticas gubernamentales ineficientes que dan aspirinas para la apendicitis, en vez de operar para sanarla.
Nuestro país no tan sólo necesita profesionales “cabezones” que tengan muchos conocimientos con respecto a un tema o a una materia, necesita personas capaces de enfrentar desafíos, de sobreponerse al fracaso y a la adversidad, necesita hombres y mujeres con valores formados, con una base firme de virtudes morales, que lo lleven a ser una mejor persona y gestionar de mejor forma sus conocimientos, de manera que puedan ser un aporte a la construcción de una sociedad mejor.

Identificamos el problema… ¿Cuál es la solución?

Como decía anteriormente, todo lo que está ocurriendo hoy es consecuencia de aquellos errores que cometimos en el pasado, sin embargo, no está todo perdido ya que aún hay solución, pero es necesario cambiar el enfoque que se tiene con respecto a la gestión e impartición del conocimiento.
La única manera de poder lograr un cambio significativo en las futuras generaciones, es cambiando su mentalidad pero partiendo desde la base, que son los niños. Alguien podría asimilarlo a un modelo de educación funcionalista, pero es más que eso, más que impartir sólo conocimientos, es necesario formar al niño en todas las áreas, no tan sólo en lo intelectual… ¿Para qué?... Para lograr que esos niños se conviertan en hombres y mujeres activas y comprometidas en la acción diaria con todas sus energías. Que sean personas que tengan conciencia de las dificultades que tiene la vida y que estén dispuestas a afrontarlas sin miedo, sin duda y confiados en Dios, que estén dispuestas a verlas como un desafío nuevo por alcanzar, convencidos de que su misión es llevar un estilo de vida realmente digno y distinto para sus hijos, mediante el uso de su sabiduría, sus capacidades físicas, morales e intelectuales, sin hacer uso de artimañas y conjuraciones.
Según mi punto de vista, la gestión del conocimiento debe girar entorno a 5 tópicos, que son:

a) Educación basada en virtudes morales, como lo son la disciplina, la perseverancia, la responsabilidad, el liderazgo, la honradez, la cordura, la fortaleza, la abnegación, el esfuerzo, la templanza, etc.
b) Educación cívica.
c) Desarrollo cultural y social.
d) Desarrollo intelectual y de capacidades.

e) Desarrollo físico y vida sana.

No basta con que en los colegios e instituciones educativas sólo se impartan conocimientos, es necesario desarrollar en el estudiante todo este tipo habilidades, y si es posible, desde que entra en la sala cuna por primera vez, para que puedan adquirir otro tipo de formación, donde logren un desarrollo completo, comprendiendo el sentido y la importancia del civismo en nuestra sociedad, adecuándose a la realidad y a las necesidades de la vida práctica; donde puedan mantener una vida saludable y de ejercicio físico constante, donde puedan alcanzar aquel nivel que les permita auto- controlarse y actuar en rectitud, buscando mejorar continuamente y no buscando la manera de hacer las cosas incorrectamente . Sólo de esta forma lograremos subir otro peldaño más para alcanzar el tan anhelado desarrollo, para cambiar nuestra imagen y la falta de cultura que abunda en nuestro país.
Es necesario un cambio radical y desde la base, ya que si logramos renovar la mentalidad y modificar la forma de gestionar el conocimiento para las nuevas generaciones que vienen, se verá reflejado en todas las esferas de nuestra sociedad: social, cultural, moral, empresarial y económico… ¿Se ve difícil?... Sí, se ve difícil, pero si se parte con los niños de hoy; cuando lleguen a ser adultos van a notar las diferencias, los cambios y los resultados que se van a obtener.